Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel Junio / 2009 Altos funcionarios mexicanos amenazados por la violencia Secretarios de Seguridad temen por sus vidas y las de sus familias El secretario de Seguridad Pública del norteño estado mexicano de Chihuahua, Javier Torres Cardona, renunció al cargo tras la fuga esta semana de un narcotraficante que estaba bajo custodia en un hospital, informaron fuentes oficiales. Torres, quien tenía bajo su mando a la policía de ese estado, estuvo en el cargo durante tres años, periodo en el que la violencia se ha desatado en el país y particularmente en Chihuahua, que el año pasado fue el estado con mayor número de homicidios atribuidos al crimen organizado. En su lugar, fue designado Víctor Valencia de los Santos, quien era representante del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, en Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país, con 1,600 de los 5,600 asesinatos reportados en 2008. La salida de Torres ocurrió tres días después de que un comando de hombres armados rescatara de un hospital privado al reo Crispín Borunda, pedido en extradición por Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico. Torres había ordenado la suspensión de 17 funcionarios de la Secretaría de Seguridad y del Penal Estatal por su presunta vinculación en la fuga del narcotraficante. Por otra parte, el secretario de Seguridad Pública a nivel federal, Genaro García Luna, máxima autoridad en México para la aplicación de la ley, dijo que algunos narcotraficantes intentaron atacar a su familia el año pasado, pero que sus guardias personales frustraron la agresión. García Luna precisó que agentes federales detuvieron a varios hombres armados que siguieron a su esposa e hija hasta un gimnasio en la Ciudad de México en mayo pasado. En declaraciones a la cadena Radio Fórmula, el funcionario reveló que los hombres eran miembros de un cartel de la droga y fueron arrestados. No precisó el nombre del cartel al que pertenecían. García Luna es uno de los principales funcionarios de la lucha contra el narcotráfico en México. Pero si en México, empezando por la prensa insidiosa, lo le vamos a creer a nadie, entonces a que es lo que queremos. Primero les exigimos que hagan algo para combatir la corrupción y la delincuencia, y cuando algo hacen, entonces los tildamos de mentirosos y los ninguneamos. Más le creemos a la que dice la prensa, que lo único que busca es el escándalo, obviamente para sacar tajada ($), que a los funcionarios que llevan la responsabilidad, se esfuerzan y arriesgan la vida. Todos los días se muere un policía en el cumplimiento del deber, y la prensa da la noticia de pasada. Pero matan a un periodista y se acabó el mundo, porque gritan y vociferan como si se hubiera acabado el mundo. Tan malo es que maten a uno o al otro, pero la prensa no lo ve así, ¡los periodistas son intocables!
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