Febrero / 2011
Es ofensiva la soberbia que exhibe el gobierno francés encabezado por su presidente el señor Sarkozy en pretender que nuestro gobierno acate sus deseos de excarcelar a Florence Cassez y devolvérsela a Francia.
No se trata de un preso político ni de un refugiado, no se trata de un delincuente que cometió delitos en el extranjero, no, se trata de una delincuente que cometió delitos en nuestro país y fue juzgada de acuerdo a nuestras leyes.
Es un tanto cínico este accionar pretendiendo que un país contravenga sus leyes y el dictamen de sus tribunales solo porque a los queridos amigos franceses se les da la gana.
Es una total falta de respeto pretender que nuestros ministros son tan ineficientes o de tan mala fe que han sido capaces de encerrar por 60 años en cárceles mexicanas a una inocente francesita que no hizo mal alguno.
Es ofensivo porque se ha referido a los dirigentes de nuestro país incluido el presidente Calderón, como los culpables de un hecho en que la culpable es su paisana y nos dan la coba al pueblo que contra nosotros no tienen nada y nos esperan con los brazos abiertos, claro, admitiendo que en todos los eventos se haga una declaración a favor de Florence, o sea, piensan que somos estúpidos tercer mundistas que lo íbamos a aceptar.
Es decepcionante la actitud de Sarkozy y algunos de su gabinete que se exhiben contrarios a la tradición culta y diplomática de la Francia de siempre.
Qué bien por la siempre oportuna respuesta de nuestras autoridades y la firmeza de sus convicciones, bravo por ellos.
Nos debe dar lástima Florence Cassez, como cualquier ser humano que tiene que pagar con la cárcel sus malas actuaciones de vida, sin importar su nacionalidad, pero esta lástima desde luego que no es mayor a nuestra dignidad como pueblo y como nación.
Nos merecemos el respeto de la comunidad mundial como país y como pueblo y esto debe ser reaprendido por muy sangre azul que pretenda tener el señor Sarkozy y su gabinete, medios de comunicación y todos lo que lo apoyen en este atropello absurdo.
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