Por: Equipo yoinfluyo.com
Enero / 2011
El gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, ha tenido altas y bajas. Inició su Presidencia muchas expectativas por parte de los ciudadanos norteamericanos. Una de ellas era la finalización del conflicto en Medio Oriente, la recuperación económica y el repunte en la generación de empleos. Entre la promoción del aborto y el rediseño al plan de salud, echemos una mirada a la administración Obama a dos años de gobierno.
El gobierno del presidente estadounidense, Barack Obama, ha tenido altas y bajas. Inició su Presidencia muchas expectativas por parte de los ciudadanos norteamericanos. Una de ellas era la finalización del conflicto en Medio Oriente, la recuperación económica y el repunte en la generación de empleos. Entre la promoción del aborto y el rediseño al plan de salud, echemos una mirada a la administración Obama a dos años de gobierno.
LA GUERRA DE NUNCA ACABAR
Después de los ataques al World Trade Center, en septiembre de 2001, Estados Unidos decidió iniciar una "guerra contra el terrorismo". Como primer objetivo estuvo Afganistán, un país oprimido por un régimen fundamentalista, porque supuestamente desde ahí se había coordinado el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York.
En un segundo momento, se abrió otro frente en Iraq, bajo la excusa de que el entonces dictador Saddam Hussein albergaba armas de destrucción masiva –que nunca se encontraron– y protegía a terroristas como Osama Bien Laden. Mientras tanto, los soldados norteamericanos seguían combatiendo en Afganistán.
La Presidencia de George Bush estuvo marcada por una tremenda impopularidad debida a las guerras emprendidas en Medio Oriente, por lo que se esperaba que Barack Obama pusiera fin a éstas.
La realidad, sin embargo, fue otra. A pesar de que el presidente estadounidense fue galardonado con el Nobel de la Paz, en 2009 decidió que Estados Unidos se enrolaría en una gran ofensiva en contra de los talibanes en Afganistán. Esto provocó que por motivos estratégicos tuviera que retirar las tropas de Iraq. Ello, por ende, puso fin a la invasión de Estados Unidos en uno de los principales productores de petróleo del mundo, por lo que dejaron a contratistas petroleros para que se encargaran de la situación.
Esto provocó serias críticas para su gobierno, se convirtió en una de las claves para la derrota de su partido en las elecciones intermedias.
LUCHANDO CONTRA LA CORRIENTE
El "Tea Party" fue y es uno de los grupos opositores a los que se debió la derrota demócrata en los comicios estadounidenses a finales del 2010. Este grupo aprovechó el descontento provocado por la lenta recuperación económica y por la reforma de salud que Barack Obama impulsó en el Congreso de su país.
El boicot electoral que sufrieron los demócratas fue comparable con el que tuvieron durante la década de los setenta, después del escándalo de Watergate, cuando el presidente Richard Nixon tuvo que dejar la Presidencia estadounidense.
La derrota de noviembre de 2010 constituyó un punto de inflexión para la Presidencia de Obama y hasta el momento ha sido el momento más crítico durante su estancia en la Casa Blanca.
Todo ello provocó que el rumbo de su gobierno diera un golpe de timón y aceptara entrar en diálogo con sus opositores, hecho que antes de los comicios había evitado lo más posible.
EL "DESCALABRO" DE WIKILEAKS
Otro duro golpe para la Presidencia del demócrata fue la revelación de los cables diplomáticos de sus embajadas por parte de la página WikiLeaks. Esto supuso uno de los mayores conflictos en la esfera diplomática de los últimos tiempos, ya que se le pedía a las embajadas norteamericanas que informaran acerca de su percepción de los temas políticos, sociales y de seguridad de los diversos países en donde se ubican.
El revuelo mediático que desató la página obligó a la diplomacia norteamericana a hacer un rápido control de daños. De este modo, Estados Unidos advirtió a sus embajadas del posible impacto que tendrían los documentos confidenciales. Sin embargo, de los 250 mil cables que fueron sustraídos del Departamento de Estado, la mayoría de ellos no contiene información trascendental, por lo que han sido demeritados por buena parte de la opinión pública internacional.
Tras el tsunami de especulaciones que hubo en un principio respecto a los daños que podrían causar estas revelaciones, hoy los países implicados han tomado sus consideraciones y ya han preparado estrategias para contrarrestar las filtraciones que les pudieran hacer daño.
REVÉS AL PLAN DE SALUD DE OBAMA
En marzo de 2010, Barack Obama era un presidente feliz. Y cómo no serlo, si fue aquel mes cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó una nueva ley para el sistema de salud, promovida por el mandatario. A pesar de los esperados cuestionamientos de los republicanos, la ley fue aprobada por la mayoría demócrata que entonces dominaba la Cámara de Representantes.
La nueva ley, decían los republicanos, otorgaba al Estado el control absoluto del sistema de salud. La cuestionada reforma abría "una nueva era para Estados Unidos", decía Obama. Y cómo no, si buscaba incorporar nada menos que a 32 millones de jóvenes al sistema de salud.
No obstante, las elecciones intermedias de noviembre pasado comienzan a provocar turbulencias en las andanzas del gobierno del presidente Obama. Con todo y la aprobación que entonces otorgó la Cámara de Representantes a la propuesta de Obama, el aparato hoy dominado por los republicanos buscó revocar la ley aprobada en marzo pasado.
En campaña, los republicanos indicaron que buscarían desarticular las propuestas del gobierno de Obama. Este es el primer golpe directo que dan a la administración gubernamental actual. Como nueva mayoría en la Cámara de Representantes, la fracción republicana promovió la revocación de la ley de salud que Obama promulgó hace casi un año.
A pesar de que se trata de una medida simbólica, en tanto que la mayoría demócrata en el Senado no dará acceso a tal demanda, los republicanos han dejado en claro que las cosas no resultarán fáciles para el gobierno de Obama, aun cuando éste ha llamado a la civilidad, a la unidad y a la paz entre adversarios políticos.
CUANDO EL PRESIDENTE PIDIÓ UNIDAD
Así fue. Barack Obama ofreció un discurso en el que llamó a la unidad de la nación norteamericana. En la Universidad de Tucson, Obama recordó a los caídos, especialmente a la pequeña Christina Taylor Green, de nueve años, quien murió asesinada aquel fatídico 8 de enero.
Obama también se refirió, aunque indirectamente, a sus adversarios políticos:
"En un momento en que nuestro discurso se ha polarizado tan drásticamente, cuando estamos demasiado deseosos de culpar de todos los problemas del mundo a quienes piensan diferente de nosotros, es importante que hagamos una pausa y nos aseguremos de estar hablando unos con los otros de una manera que sane, no que hiera".
La tragedia del 8 de enero de 2011, en la que fue resultó herida la congresista demócrata Gabrielle Giffords, además de otras 13 personas, y en el que murieron seis más, no sólo fue la oportunidad para que Obama se plantara como el jefe de Estado que busca ser, sino que sirvió para resarcir la mancillada imagen del presidente estadunidense.
OBAMA YA PIENSA EN LA RELECCIÓN
Si en diciembre la popularidad de Obama se encontraba en su peor momento, en tanto que registró un 45 por ciento de aprobación general, hoy la imagen de Obama, y luego de la tragedia de Arizona, se acomodó en un nada despreciable 53 por ciento de aprobación.
Obama ha entrado ya al tercer año de su gobierno. Con el pasado reciente sobre sus espaldas, el presidente de Estados Unidos tiene la mira puesta en noviembre de 2012.
La crisis económica parece que ha ido aminorando su gravedad, de tal modo que ya hay quien prevé que el crecimiento puede llegar hasta el 4 por ciento. Además, el duro golpe que sufrió su gobierno debido a la revelación que hizo el portal WikiLeaks de múltiples cables diplomáticos parece ser sólo una anécdota de su administración y no el ataque que buscaba descarrilarlo.
Afganistán e Iraq ya no están en la mente de los norteamericanos como hace algunos años. El tema militar ya no será tampoco una estratagema de sus adversarios para desacreditar al gobierno actual.
La agenda ideológica de Obama sigue siendo una gran mancha en su trayectoria. La promoción que desde su gobierno se ofrece al aborto y a la homosexualidad representa la deuda que voluntariamente se impuso hacia la dignidad humana. Obama, aun cuando se asume defensor de la vida y de la familia, ofrece recursos públicos para promover el aborto en el mundo, con el apoyo de organismos internacionales subordinados a esa causa.
De aquí a la elección presidencial, Obama tendrá que lidiar con un Congreso que le es adverso y que le ha hecho saber abiertamente que cualquier negociación le costará mucho. Aun cuando ha recuperado puntos en imagen y popularidad, ¿Obama podrá reelegirse en 2012?
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